lunes, 15 de noviembre de 2010

ESCUELA DE FILOSOFÍA





Jorge Úbeda, director académico de la Escuela de Filosofía

“La filosofía significa un revulsivo para la propia vida”

“Los debates fe-razón son en realidad enfrentamientos sociopolíticos”

Jesús Bastante, 14 de noviembre de 2010 a las 12:09



Fuente: religiondigital













(Jesús Bastante).- Jorge Úbeda es el director académico de la Escuela de Filosofía. Viene a presentarnos el proyecto de una escuela poco común: una escuela a la que la gente va a aprender por el placer de aprender, sobre temas de conocimiento humano, como filosofía. Es, en palabras de Jorge, "un espacio en Madrid en el que la gente se puede detener de la prisa y del tráfago diario, y hablar".



- ¿Cómo se os ocurrió esta idea?

R- Bueno, pues, hace 10 años Gonzalo Mendoza (un empresario madrileño) y yo nos conocimos. A ambos nos rondaba la idea de que hacía falta un espacio en Madrid en el que la gente se pudiera detener de la prisa diaria, y hablar. Hablar de las cosas que a todos nos preocupan, y para las que muchas veces no encontramos tiempo. Pensamos que la pregunta fundamental que el hombre se hace es ¿cómo tengo que vivir? ¿Qué tengo que hacer con mi vida? Y entonces creamos la Escuela de Filosofía con esa idea, la de ofrecer cursos que permitieran a la gente que tenga interés tratar estas cuestiones.



P- ¿Cuánto tiempo lleváis?

R- Estamos empezando nuestro séptimo año de existencia.



P- ¿Y cómo ha resultado?

R- La verdad es que, desde el punto de vista académico y cultural, está siendo un éxito y una sorpresa, tanto por el lado de los alumnos que vamos teniendo (que son adultos, gente profesional de edades media, de todo tipo), como por el de los profesores que invitamos a colaborar con nosotros, que vienen de las universidades y se quedan enormemente sorprendidos de que sea posible enseñar filosofía a un público tan interesado y con tantas ganas de aprender.



P- Sí, porque resulta paradójico -al menos desde fuera- que en un mundo dominado por la prisa, el estrés, lo económico y lo material, haya personas (que además son profesionales de un sector, no jóvenes que no saben qué hacer con su vida) dediquen tiempo y estén preocupados por temas aparentemente tan "fuera de la realidad" o tan poco aferrados al día a día, como Dios o la filosofía. ¿Cómo vivís esa dicotomía? Descubrir en un mundo rápido en el que no te da tiempo a frenar que la gente busca salidas a través de la fe y el pensamiento.

R- Nosotros observamos que es cierta aquella afirmación de Platón en uno de sus diálogos, La República, en la que decía que la metafísica es una cosa que empieza a tener sentido a partir de los 30 o 40 años. Observamos que cuando una persona ha completado su formación, y tiene su máster o su postgrado e incluso ha conseguido un puesto ejecutivo en su empresa, o tiene los hijos ya adolescentes, o incluso gente que esté ya a punto de jubilarse... siente que vive un momento de transición, de paso en la vida, en el que afloran de una manera muy clara este tipo de preguntas. No solamente ¿qué he hecho con mi vida? Sino qué quiero hacer realmente con ella. Y la formación filosófica aparece entonces como un complemento formativo muy especial, que no sustituye a la formación técnica, pero que la complementa muy bien. Porque la filosofía está siempre referida a las actividades básicas del ser humano. No enseña cosas secundarias o accidentales, sino que va directamente al corazón de las actitudes de la persona. Siempre significa un revulsivo para la propia vida, y una oportunidad de preguntarse, en la intensidad y el nivel que los alumnos que vienen a nuestra escuela quieran, con mucha tranquilidad y a través del estudio de la historia del pensamiento, por todos estos asuntos.



P- ¿Cuál es el método que seguís en los cursos?

R- Tenemos un compromiso muy serio con la calidad, y también queremos una enseñanza lo más personalizada posible. Esa personalización se consigue promoviendo que nuestros alumnos piensen por sí mismos, pero en diálogo con otros. Para que eso sea posible, tenemos grupos de no más de 16 personas en cada clase. A parte de un profesor especialista que viene a impartir sus temas, que lo que suele hacer es una exposición más o menos breve, en seguida hay turno de preguntas y comentarios.



P- ¿Para crear un ágora?

R- Eso es, una situación como en el ágora ateniense. Además, en todos nuestros cursos hay también un tutor, que suele ser un filósofo, que se encarga de que haya una buena dinámica en las clases, que ayuda a los alumnos en todas sus dudas, les envía un resumen semanal, da sesiones de repaso... en fin, está a su disposición para lo que quieran.

Las personas que se apuntan a la escuela no vienen buscando un título, sino por el interés de conocer y saber y de reflexionar, así que nosotros facilitamos los más posible que puedan asistir. Cuando no asisten les grabamos las sesiones en audio para que se las puedan llevar a su casa a la semana siguiente, editamos todos los materiales... Como ves, intentamos cuidar mucho a nuestros alumnos.



P- ¿Es una clase semanal?

R- Sí. Son cursos de 2 años. Tenemos turno de la mañana (de diez a una) y el de tarde (de siete a diez).



P- Los 3 grandes núcleos de vuestra propuesta son los monoteísmos, la historia del pensamiento filosófico y los diálogos filosóficos. Coméntame algo sobre ellos.

R- Estos 3 cursos son la puerta de más fácil acceso a la filosofía para el público en general. El curso de historia introduce en la filosofía a través de los principales autores y textos.



P- ¿Lo que estudiábamos en COU o en el Bachillerato?

R- Sí, con profesores muy buenos y muy bien preparados. Y con la idea de que el alumno termine con un "armario" para colgar en las perchas cada filósofo en su época. Es un curso que no sólo atiende a la historia, sino que atiende a las preguntas que nos hacen contemporáneos de los filósofos siempre. Sócrates se preguntaba en el siglo V a.C. cómo debía vivir, y nosotros también. Eso lo compartimos.

El curso de los monoteísmos es una iniciativa nueva. Nos hemos ido dando cuenta de que la pregunta a cerca de Dios y de lo divino no siempre se plantea en nuestra sociedad con toda la calma, la racionalidad y la prudencia que hacen falta.



P- ¿Porque se suele asociar a Dios a una institución, o a la pertenencia a un determinado grupo?

R- Efectivamente. Por eso pensamos que podríamos prestar un buen servicio a la sociedad planteando un curso en el que la gente pudiera recibir una información ordenada, crítica y opinable en torno a lo que es la gran tradición religiosa en nuestra sociedad, que es el monoteísmo.

El primer año nos introducimos sobre todo en la historia de Israel, en el texto de la Biblia, en las religiones reveladas... e incluso hacemos alguna incursión en las principales religiones monoteístas de la India y en la antigua religión griega, que tiene mucha influencia en el cristianismo. El segundo año está dedicado a la presentación sistemática de las tres grandes religiones monoteístas. Estamos trabajando ya para que los profesores de esas tradiciones sean personas que estén dentro de ellas, que no sean sólo especialistas externos. Que pueda venir el rabino de Madrid, alguien del mundo musulmán, y del entorno cristiano que, claro, en España es más fácil de encontrar.



P- ¿Casa la filosofía con la teología?

R- Yo creo que pertenecen a ámbitos independientes. Pero cuando uno en el campo religioso no tiene una intención apologética, como nosotros, que tenemos intención informativa, entonces la filosofía y la teología se encuentran con mucha facilidad, en un diálogo vivo entre iguales.



P- A veces es complicado, porque de lo que pecan las ideologías o la pertenencia a una institución, es de no saber afrontar la cuestión de una forma objetiva y desde fuera. La historia nos lo demuestra: muchas veces las teología no ha permitido que el pensamiento se introdujera dentro de una religión determinada.

¿Sigue vigente el debate fe-razón?


R- Sí. Yo no soy teólogo, y hablo a título personal, como un particular. Pero creo que en realidad ese debate es entre instituciones que quieren mantener sus influencias sociales o políticas. Ya sea un pensamiento ilustrado excesivamente cientificista, de una razón técnica muy utilitarista, que tiene sus propios intereses; o ya sea una determinada fe que quiere tener una presencia pública influyente. Tengo la impresión de que esos debates fe-razón son en realidad enfrentamientos sociopolíticos.

Creo que en nuestro curso ese debate se producirá de una manera absolutamente natural, en el plano de la discusión racional, que es en el que nos queremos mantener.



P- Háblanos del curso de diálogos filosóficos.

R- Son monográficos de 4 semanas de duración, en los cuales se trata de introducir a las personas interesadas en algún tema que tenga cierta relevancia, por sí mismo o en la actualidad. Es una manera de tener una experiencia breve en el campo de la filosofía, que a muchos de nuestros alumnos les anima a hacer luego cursos más largos o más comprometidos.

Este año tenemos 5: Breve Historia del Conocimiento, Discusión entre Filosofía y Literatura (un debate muy contemporáneo, de la posmodernidad), ¿Qué es la libertad? (una reflexión decisiva e importante), otro sobre pensamiento oriental (chino y japonés), y finalmente un diálogo sobre neurociencia y filosofía.

La neurociencia es una ciencia naciente muy interdisciplinar, y que se está haciendo las preguntas que los filósofos llevamos haciéndonos desde hace 2.600 años. Conviene que estemos en contacto con sus métodos y datos, y que conozcamos sus aportaciones.



P- ¿Cuál es el papel que crees que tiene la filosofía hoy, aquí, en este país, en esta ciudad?

R- Yo creo que el filósofo ha querido desde siempre ayudar a los hombres y a sí mismo a vivir bien. No solamente a vivir, que a eso casi casi aprendemos de manera espontánea, sino a llevar una vida buena, que no es posible si no es una vida reflexiva. Y una vida reflexiva no es posible si no se hace con otros.

Nos ponemos a reflexionar en la medida en que nos vemos exigidos por los demás a responder ante la sociedad, la familia... La filosofía puede prestar un servicio enorme y una ayuda indispensable a cualquier persona interesada, de cualquier profesión y cualquier estrato social. Es una ayuda, además, que no debilita al hombre, como quizá sí lo es la psicología, que ayuda a los hombres que se sienten frágiles o enfermos. La filosofía no plantea eso. Lo primero que le dice al hombre es "tú eres libre y tienes que pensar por ti mismo". Es decir, que te fortalece en tu individualidad, te ayuda a vivir de mejor manera, a detenerte y hablar. En un mundo que se sucede muy rápidamente, encontrar espacios donde eso sea posible y se haga bien, creo que es un gran servicio que nuestra escuela presta.



P- Por último, cuéntanos dónde estáis y cómo poder localizaros.

R- La Escuela de Filosofía está en la ciudad de Madrid, en la calle Asura 90 (zona de Arturo Soria), muy cerca de la Plaza del Liceo, etc. Tenemos una página web en la que se encuentra toda nuestra oferta formativa: www.escueladefilosofia.com

Ahí están nuestros teléfonos de contacto, los correos electrónicos y demás. Cualquier persona que esté interesada, no deje de llamarnos o de venir a vernos. Nosotros somos muy hospitalarios, invitamos a todo el mundo a que conozca nuestros cursos, sin ningún compromiso.

Además, hace unos años, por iniciativa de algunos alumnos nuestros, pusimos en marcha una fundación llamada Escuela de filosofía que ofrece ayudas a todas aquellas personas que quieran apuntarse a nuestros cursos y que no puedan hacerse cargo de la totalidad de la matrícula. Cada año damos unas cuantas becas. Tenemos esa sensibilidad por si alguien no puede asumir el precio.



P- Que el saber no ocupe lugar, y que cueste lo menos posible.

Felicidades por tu iniciativa, Jorge. Aquí tienes tu casa.

Muchas gracias y buena suerte.


R- Gracias a vosotros.